miércoles, 10 de marzo de 2010

Capítulo 20: COPENHAGUEts de pollo!!! (1 de 2)

Moi a todos!
...
Tras librar mi batalla con los Estreptococus, el último fín de semana de Enero me fuí con Nur fugazmente a la última capital nórdica (Islandia aparte) que me quedaba por visitar:



Salimos a las 4 y pico a.m. de casa en Turku, cogimos un vuelo a las 6 y llegamos a las 7. Además llevamos un maletón lleno de comida (embutido del Mercadona en abundancia), así que fue una pequeña paliza de mañana...pero mereció la pena! A primera hora y tras dejar las cosas en un albergue de 14 PLANTAS (era como un hotel de grande, pero con cosas cutres de "hostel"...), nos pusimos en marcha. En la oficina de turismo nos dieron un mapa con 2 rutas y como teníamos 2 días, la ecuación fue simple: ruta por día! El sabadete la gran ruta de color verde en el mapa empezó por el Parque de Atracciones de la ciudad...



...que curiosamente se llama como el de Málaga: el Tivoli!



Después muy cerca llegamos al emblemático edificio del Ayuntamiento...




La fachada principal esta presidida por un Rey (cuyo nombre no recuerdo) que como suele pasarle a todos aquellos que mandan construir estatuas suyas chapadas en oro, tenía un brote agudo de egocentrismo...y le puso su nombre a un montón de lugares tanto en Dinamarca como en Noruega (era poderoso el hombrecillo)...


En la puerta por fuera había unos dragones-rinocerontes-voladores muy curiosos...


y ya dentro nos encontramos con una estatua del gran Hans Christian Andersen (escritor infantil!)...



Por dentro el Ayuntamiento tenía un salon de ceremonías similar al del patio Cervantes donde rodé la película de los Fantasmas de Goya (salgo en el trailer para el que no lo sepa, aunque creo que os he dado la brasa con este tema a todos mis conocidos...). Tenía un aire a corral de comedias. Bastante chulo...



Pero lo realmente guay del edificio no pudimos hacerlo: subir a la torre y ver las vistas desde encima del reloj. Como casi todo en esta carísima ciudad, se escapaba de nuestra economía...pero no nos importó! Ya habría miradores más económicos...




Así que seguimos con nuestra ruta verde. Pasamos por callejones bohemios...





...por algún teatro...


...por una callejuela de artistas que vendían sus obras a precios desorbitados...



...y pronto llegamos a una plaza muy bonita a las orillas de un riachuelo formado por enormes placas de hielo, donde se encontraba el Parlamento, y sobresalían varias iglesias chulas...













Algo muy curioso de Copenhague, es que los semáforos son hipermodernos...



...y por toda la ciudad hay un enorme carril bici, igual o más grande que la acera! Un 37% de los Copenhaguenses usa su bici diariamente, igualito que en Madrid...



La ruta verde nos llevó hasta el Teatro Real...




...y unas calles después aparecimos en el lugar más emblemático y en mi opinión bonito de Copenhague: la calle Nyhavn. Resulta que Copenhague en danés se dice "København"; "havn" significa "puerto" o "muelle", y "Køben" es "bahía de los mercaderes". Así que como os podéis imaginar mis inteligentes blog-adictos, Copenhague en sus inicios fue una ciudad de pescadores (normal por otra parte al estar donde está). La calle Nyhavn es una calle de mil casitas de colores, todas ellas muy céntricas enfrente del río y propiedad de pescadores (o por lo menos en sus orígenes porque ahora ya te encuentras algún restaurante o tienda de souvenirs). Me pareció precioso...





En una de las casitas encontramos una sirena dorada con tetas enormes y separadas, pero no os asustéis, esta horterada no es la famosa sirena de Copenhague, luego os la presentaré!











De todas las fotos de la calle Nyhavn que hice, una me parece espectacular, de postal. Os la muestro a continuación...



Tras un buen rato con las casas de colores seguimos nuestro paseo hasta una zona en la que el río se iba ensanchando mucho...



...y desde donde se veía en la otra orilla la famosa y moderna Ópera de Copenhague...



Pero lo mejor estaba en nuestro lado del río: la Residencia Real con vistas en perspectiva de la Iglesia Católica de la ciudad...



Los fantoches de turno y sus casetillas estropean el paisaje...



...pero la plaza es preciosa!



Mirad que farola más chula...




Tras cruzar la plaza de la Residencia Real, llegamos a la Iglesia Católica...


...con los 12 apóstoles en la cúpula...



...y poco después apareció la Iglesia Ortodoxa que, lo siento Copenhague, es la más cutre que he visto...


Llegado este punto, tuvimos un dilema: ¿Le hacemos caso al hambre o al frío?. Yo pensé "A lo mejor tenemos frío del hambre...". Error. Tras comer un bocadillo de chorizo improvisado sentados en este portal...



...el frío en nuestros cuerpos aumentó por estar parados en la calle, así que irremediablemente tuvimos que entrar en esta cafetería para calentarnos...



...y consumir lo más barato de la tienda: dos chocolates y un mufflin. ¿Adivináis cuanto costó?. 16 euros!!!!!!!!!!!!!!! (y encima era un colacao cutre...). Pero el frío es el frío, y si viajas en Enero por estos países tienes que resguardarte cada cierto tiempo (hacía menos mucho de temperatura). Por suerte, de las demás experiencias nórdicas he aprendido una cosa: la clave son los pies. O mejor dicho: la clave son los calcetines! Calcetines húmedos -> Pies helados -> lo flipas de frío. Solución: viaja siempre con calcetines de repuesto, y si entras en una cafetería donde te atracan por un colacao, aparte de usar el baño para hacer pis que seguro tienes ganas, cámbiate los calcetines y sobrevivirás durante un rato más!



Tras el "atraco glucosil", seguimos con nuestra ruta verde cuyo punto más lejano del albergue era tremendamente seductor: la Sirena de Copenhague. Y estábamos cerca! Pero primero había que atravesar un parque enorme y nevado con una iglesia...



...una estatua de toros...



...otra similar al obelisco de Riga...



...y por fín, junto a la bahía llena de placas de hielo...



...The Little Mermaid: LA SIRENITA!!! La leyenda cuenta que los cantos de las sirenas embrujaban a los hombres del mar. En Copenhague, un humilde pescador fue sucumbido por la voz de una joven sirena mientras realizaba su faena. La Sirenita renunció a su inmortalidad a cambio de poseer el aspecto de una mujer. De esta forma, conseguiría mantener el amor de su príncipe. Este mito se trasmitió de generación en generación hasta que el escritor Hans Christian Andersen escribió en 1837 el cuento de La Sirenita tal y como luego gracias a Disney, Ariel, Sebastian, "Bajo el Mar" y demás la conocemos. En 1913, un magnate cervecero danés llamado Carl Jacobsen que estaba flipado con el cuento, le encargó a Edgar Eriksen la escultura de La Sirenita. Eriksen se inspiró en el rostro de una bailarina danesa llamada Ellen Price con la que todos los machotes daneses babeaban en aquellos tiempos. Pero ésta se negó a posar desnuda y Eriksen tuvo que convencer a su propia esposa...



A pesar de que no soy un fornido pescador, yo intenté también seducirla...



...llamando su atención de cualquier manera posible...



...utilizando todas mis "armas de seducción masivas"...



...pero sorprendentemente The Little Mermaid se mostró implacable a mis encantos. ¡Ni que estuviera hecha de bronce!



Tras la Sirenita, seguimos con la ruta verde que nos llevó por más iglesias guays...



...farolas chulas...

...parques nevados...



...estatuas curiosas...




...y cuando llegó la noche, totalmente exhaustos y congelados (empezó a nevar además), nos volvimos al albergue a cenar un sandwich de salchichón y a descansar para el día siguiente...



...hacer la ruta roja!



(continúa en la entrada siguiente...)

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